-Limpia y prepara la superficie: Asegúrate de que las paredes y techos estén limpios y secos antes de comenzar a pintar. Si hay manchas, grasa o suciedad acumulada, límpialos con agua y detergente suave y luego deja secar por completo. Si hay agujeros o grietas, rellénalos con masilla, deja secar y lija suavemente.
-Protege los muebles y el suelo: coloca plásticos o papel de periódico en el suelo para evitar manchas. Cubre los muebles o sácalos de la habitación para evitar que se manchen de pintura.
-Usa una imprimación: si vas a pintar sobre una superficie nueva o con una pintura diferente a la que ya está aplicada, os recomendamos usar una imprimación antes de aplicar la pintura, porque la imprimación ayuda a que se adhiera mejor y dure más tiempo.
-Elige la pintura adecuada: eligela según el tipo de superficie y el acabado que quieras conseguir. Y si tienes dudas, siempre puedes consultar con un experto en pinturas.
-Utiliza herramientas adecuadas: una brocha, rodillo o pistola de pintura según lo que necesites. Mantén siempre las herramientas limpias antes y después de usarlas siguiendo las instrucciones del fabricante.
-Aplica la pintura de manera uniforme: siguiendo la dirección de la superficie que pintes. Si es necesario, da una segunda capa de pintura una después de que la primera haya secado por completo.
-Limpia y cuida tus herramientas: Después de usarlas, límpialas con agua y jabón suave para evitar que la pintura se seque y puedas utilizarlas más adelante para otros trabajos.